El mundo que ves es el sistema ilusorio de aquellos a quienes la culpabilidad ha enloquecido. Contempla detenidamente este mundo y te darás cuenta de que así es... Si este fuese el mundo real, Dios sería ciertamente cruel... Pero esta idea es una proyección de una mente enferma que decidió creer lo imposible: que puede estar separada de su Causa [para lo cual fabricó un sistema de pensamiento que le permite mantenerse convencida de ello: el ego]. Dios es amor y Su Hijo es inocente... El viaje en el que el Hijo de Dios se ha embarcado es en verdad inútil, pero el viaje en que su Padre le embarca es un viaje de liberación y dicha... Al examinarte a ti mismo y juzgar honestamente tus acciones, puede que sientas la tentación de preguntarte cómo es posible que puedas estar libre de culpa. Mas ten en cuenta lo siguiente: no es el tiempo donde no eres culpable, sino en la eternidad. Has "pecado" en el pasado, pero el pasado no existe. Lo que es siempre no tiene dirección. El tiempo parece ir en una dirección, pero cuando llegues a su final se enrollará hacia el pasado como una gran alfombra extendida detrás de ti, y desaparecerá. Mientras sigas creyendo que el Hijo de Dios es culpable seguirás caminando a lo largo de la alfombra, creyendo que conduce a la muerte. Y la jornada parecerá larga, cruel y absurda, pues en efecto, lo es.
El ego es una creencia tuya. Su existencia depende de tu mente. El ego no es más que una confusión con respecto a tu identidad... No le tengas miedo al ego. Él depende de tu mente, y tal como lo inventaste creyendo en él, puedes asi mismo desvanecerlo dejando de creer en él... (07:08:04) El ego puede permitirte, y de hecho lo hace, que te consideres altanero, incrédulo, frívolo, distante, superficial, insensible, desapegado e incluso desesperado, pero no te permite que te des cuenta de que realmente tienes miedo. Minimizar el miedo, pero no deshacerlo, es el empeño constante del ego, y es una capacidad para la cual demuestra ciertamente gran ingenio. ¿Cómo iba a poder predicar separación a menos que la reforzase con miedo?... La más seria amenaza para el ego es pues, que te des cuanta de que cualquier cosa que parezca separarte de Dios es únicamente miedo, sea cual sea la forma en que se manifieste e independientemente de cómo el ego desee que la experimentes... (11:05:09) El miedo es un síntoma de tu profunda sensación de pérdida. Si al percibirlo en otros aprendes a subsanar esa sensación de pérdida, se elimina la causa básica del miedo.
"Busca pero no halles", es la consigna del ego
El ego está seguro de que el amor es peligroso, y ésta es siempre su enseñanza principal. Nunca lo expresa de ese modo. Al contrario, todo el que cree que el ego es la salvación parece estar profundamente inmerso en la búsqueda del amor. El ego sin embargo, aunque alienta con gran insistencia la búsqueda del amor, pone una condición: que no se encuentre. Sus dictados, por lo tanto, pueden resumirse simplemente de esta manera: "Busca pero no halles". Esta es la única promesa que el ego te hace y la única que cumplirá. Pues el ego persigue su objetivo con fanática insistencia, y su juicio, aunque seriamente menoscabado, es completamente coherente... La búsqueda que el ego emprende está por lo tanto, condenada al fracaso. Y como te enseña también que él es tu identidad, su consejo te embarcará en una jornada que siempre acaba en una percepción de auto-derrota. Pues el ego es incapaz de amar, y, en su frenética búsqueda de amor, anda en pos de lo que teme encontrar... Tu mente es la que cree en él y la que le otorga existencia. Sin embargo, es también tu mente la que tiene el poder de negar su existenciam y eso es sin duda lo que harás cuando te des cuenta exactaemnte de la clase de jornada en la que el ego te embarca.
Experimentas culpabilidad, pero no sabes por qué. Al contrario, la asocias con un extraño surtido de "ideales del ego", en los que, según él, le has fallado. Sin embargo, no te das cuenta de a quien le estás fallando es al Hijo de Dios al considerarlo culpable. Al creer que tú ya no eres tú, no te das cuenta de que te estás fallando a ti mismo. (13:02:02) La paz y la culpabilidad son conceptos antitéticos y al Padre sólo se le puede recordar estando en paz. El amor y la culpabilidad no pueden coexistir, y aceptar uno supone negar el otro... Sin culpabilidad, el ego no tiene vida, y el Hijo de Dios está libre de toda culpa... Si no te sintieses culpable, no podrías atacar, pues la condenación es la raíz del ataque. La condenación es el juicio que una mente hace contra otra de que es indigna de amor y merecedora de castigo. y en esto radica la división, pues la mente que juzga se percibe a sí misma como separada de la mente a la que juzga, creyendo que al castigar a otra mente, puede ella librarse del castigo. Todo esto no es más que un intento ilusorio de la mente de negarse a sí misma y de eludir la sanación... Pues la culpabilidad es lo que ha hecho que el Padre esté velado para ti...
Sólo tú puedes privarte a ti mismo de algo. No resistas este hecho, pues es en verdad el comienzo de la iluminación. Recuerda también que la negación de este simple hecho adopta muchas formas, y que debes aprender a reconocerlas y a oponerte a ellas sin excepción y con firmeza. Éste es un paso crucial en el proceso de re-despertar. Las fases iniciales de esta inversión son con frecuencia bastante dolorosas, pues al dejar de echarle la culpa a lo que se encuentra afuera, existe una marcada tendencia a albergarla adentro. Al principio es difícil darse cuenta de que esto es exactamente lo mismo, pues no hay diferencia entre lo que se encuentra adentro y lo que se encuentra afuera. Si tus hermanos forman parte de ti y los culpas por tu privación, te estás culpando a ti mismo. Y no puedes culparte a ti mismo sin culparlos a ellos. Por eso es por lo que la culpa tiene que ser des-hecha, no verse en otra parte. Échate a ti mismo la culpa y no te podrás conocer, pues sólo el ego culpa. Culparse uno a sí mismo es, por lo tanto, identificarse con el ego, y es una de sus defensas tal como culpar a los demás lo es...
Sólo mediante la culpabilidad puedes aferrarte al pasado. Pues la culpabilidad determina que serás castigado por lo que has hecho, y por lo tanto, depende del tiempo unidimensional y se extiende hasta el futuro... La culpabilidad, pues, es una forma de conservar el pasado y el futuro en tu mente para asegurar de este modo la continuidad del ego. Pues si se castiga el pasado, la continuidad del ego queda garantizada... No puedes desvanecer la culpabilidad otorgándole primero realidad, y luego expiando por ella. Ése es el plan que el ego propone en lugar de simplemente desvanecerla. El ego cree en la expiación por medio del ataque, al estar completamente comprometido con la noción demente de que el ataque es la salvación... El ego te enseña a que te ataques a ti mismo porque eres culpable, lo cual no puede sino aumentar tu culpabilidad, pues la culpabilidad es el resultado del ataque. De acuerdo con las enseñanzas del ego, por lo tanto, es imposible escaparse de la culpabilidad. Pues el ataque le confiere realidad, y si la culpabilidad es real, no hay manera de superarla. El Espíritu Santo sencillamente la desvanece mediante el sereno reconocimiento de que nunca ha existido. Al contemplar la inocencia del Hijo de Dios, sabe que eso es verdad. Y al ser la verdad con respecto a ti, no puedes atacarte a ti mismo, pues sin culpabilidad el ataque es imposible. Tú estás por lo tanto a salvo, ya que el Hijo de Dios es inocente. Y al ser completamente puro eres invulnerable.
La ausencia de culpabilidad es invulnerabilidad. Por lo tanto pon de manifiesto tu invulnerabilidad ante todo el mundo. Enséñales que no importa lo que traten de hacerte, tu perfecta libertad de la creencia de que algo puede hacerte daño demuestra que ellos son inocentes. Ellos no ùeden hacer nada que te haga daño, y al no dejarles pensar que pueden, les enseñas que la Expiación, que has aceptado para ti mismo, es también suya. No hay nada que perdonar. Nadie puede hacerle daño al Hijo de Dios. Su culpabilidad es totalmente infundada, y al no tener causa, no puede existir. (14:03:07) Dios es la única Causa y la culpabilidad es algo ajeno a Él. No le enseñes a nadie que te ha hecho daño, pues si lo haces, te estarás enseñando a ti mismo que lo que es ajeno a Dios tiene poder sobre ti. Lo que no tiene causa no puede existir. No des testimonio de ello, ni fomentes que ninguna mente lo crea. Recuerda siempre que la mente es una, y que la Causa es una. (14:03:08) Libera a otros de la culpabilidad tal como tú quisieras ser liberado. Esa es la única manera de mirar en tu interior y ver la luz del amor refulgiendo con la misma constancia y certeza con la que Dios Mismo ha amado siempre a Su Hijo. Y con la que Su Hijo lo ama a Él.
Cristo es el Hijo de Dios que no está en modo alguno separado de Su Padre y cuyos pensamientos son tan amorosos como el Pensamiento de Su Padre, mediante el cual fue creado. (11:08:09) Cada Hijo de Dios es uno en Cristo porque su ser está en Cristo, al igual que el de Cristo está en Dios... (12:06:06) Tu mente y la de Dios son una. Negar esto y pensar de otra manera ha conservado a tu ego intacto, pero ha dividido literalmente a tu mente. Examina honestamente qué es lo que has pensado que Dios no habría pensado, y qué no has pensado que Dios habría querido que pensases. Examina tanto lo qiue has hecho como lo que has dejado de hacer, y cambia entonces de mentalidad para que así puedas pensar con la Mente de Dios. Esto puede parecer difícil pero es mucho más fácil queintentar pensar al revés de como piensa Él. (04:04:02) No puedes entablar ninguna relación real con ninguno de los Hijos de Dios a menos que los ames a todos, y que los ames por igual. El amor no hace excepciones... Sólo puedes amar tal como Dios ama. No intentes amar de forma diferente de como Él lo hacem pues no hay amor aparte del Suyo. Hasta que no reconozcas que esto es verdad, no tendrás idea de lo que es el amor.
Puedes decidir de otra manera
El espíritu Santo es la Mente de Cristo, la cual es conciente del conocimiento que yace más allá de la percepción... Representa un estado mental lo suficientemente próximo a la Mentalidad-Uno como para que la transferencia a ella sea finalmente posible... El Espíritu Santo es tu fortaleza porque sólo te conoce como espíritu. Él es perfectamente conciente de que no te conoces a ti mismo y perfectamente consciente de cómo enseñarte a recordar lo que eres. Puesto que te ama, te enseñará gustosamente lo que Él ama, pues su voluntad es compartirlo. Dado que se acuerda de ti continuamente, no puede dejar que te olvides de tu valía. Pues el Padre jamás cesa de mantener vivo en Él el recuerdo de Su Hijo, y el Espíritu Santo jamás cesa de mantener vivo en el Hijo el recuerdo de su padre. Dios está en tu memoria por causa de Él. Tú decidiste olvidar a tu Padre, pero eso no es realmente lo que quieres hacer, y por lo tanto, puedes decidir de otra manera. Y tal como yo decidí de otra manera, tú también puedes hacerlo... La misión del Espíritu Santo es abrirle los ojos a los ciegos, pues Él sabe que no han perdido su visión, sino que simplemente duermen. Él los despertará del sueño del olvido y los llevará al recuerdo de Dios...
La salvación es para la mente, y se alcanza por medio de la paz. La mente es lo único que se puede salvar, y sólo se puede salvar a través de la paz. Cualquier otra respuesta que no sea amor, surge como resultado de una confusión con respecto a "qué" es la salvación y a cómo se alcanza, y el amor es la única respuesta. Nunca te olvides de esto y nunca te permitas creer, ni por un solo instante, que existe otra respuesta, pues de otro modo te encontrarás forzosamente entre los pobres, quienes no han entendido que moran en la abundancia y que la salvación ha llegado. Identificarte con el ego es atacarte a ti mismo y empobrecerte. Por eso es por lo que todo aquel que se identifica con el ego se siente desposeído. Lo que experimenta entonces es depresión o ira, ya que lo que hizo fue intercambiar su amor hacia Sí Mismo por odio hacia sí mismo, y como consecuencia de ello, tiene miedo de sí mismo. Él no se da cuenta de esto. Aun si es plenamente consciente de que está sintiendo ansiedad, no percibe que el origen de ésta reside en su propia identificación con el ego, y siempre trata de lidiar con ella haciendo algún "trato" demente con el mundo. Siempre percibe este mundo como algo externo a él, pues esto es crucial para su propia adaptación. No se da cuenta de que él es el autor de este mundo, pues fuera de sí mismo no existe ningún mundo.
Antes de mirar afuera tienes que mirar adentro. Al mirar adentro eliges al guía cuya visión deseas compartir [el ego o el Espíritu Santo]. Y luego miras afuera y contemplas sus testigos. Por eso es por lo que siempre encuentras lo que buscas. Lo que deseas para ti es lo que manifestarás, y lo aceptarás del mundo porque al desearlo lo ubicaste en él. Cuando crees que estás proyectando lo que no deseas, es porque todavía lo deseas... Mientras sigas percibiendo un mundo dividido no habrás sanado. Pues haber sanado es ir en pos de un solo objetivo, al haber aceptado uno solo y no desear más que uno solo... Cuando lo único que desees sea amor no verás nada más. La naturaleza contradictoria de los testigos que percibes es sencillamente el reflejo de tus invitaciones conflictivas... El poder de decisión es la única libertad que te queda como prisionero de este mundo... La erradicación de la culpabilidad es un aspecto esencial de las enseñanzas del Espíritu Santo. Pues mientras te sientas culpable estarás escuchando la voz del ego, la cual te dice que has traicionado a Dios y que, por lo tanto, mereces la muerte. Pensarás que la muerte procede de Dios, y no del ego, porque al confundirte a ti mismo con el ego, creerás que deseas la muerte. Y de lo que deseas. Dios no te puede salvar.
Percibe cualquier parte del sistema de pensamiento del ego como completamente demente, completamente ilusoria y completamente indeseable, y habrás evaluado correctamente todo el sistema. Esta corrección te permite percibir cualquier parte de al creación como completamente perfecta, completamente real y completamente deseable. Al desear sólo esto, tendrás sólo esto, y al dar sólo esto, serás sólo esto. (07:07:11) Cuando lo único que desees sea amor, no verás nada más... Cuando hayas aceptado tu misión de extender la paz hallarás paz, pues al manifestarla la verás. (12:07:11) Ni Dios ni el ego proponen un sistema de pensamiento parcial. Ambos sistemas son internamente coherentes, aunque diametralmente opuestos en todo, de tal modo que una lealtad parcial es imposible. (11:01:01) ¿Qué prefieres ser, rehén del ego o anfitrión de Dios? Aceptarás únicamente a aquel que invites. Eres libre de determinar quién ha de ser tu invitado y cuanto tiempo ha de permanecer contigo. Mas eso no es auténtica libertad, pues depende todavíad e cómo la consideres. El Espíritu Santo se encuentra ahí, pero no puede ayudarte a menos que tú se lo pidas. Y el ego no es nada, tanto si lo invitas a que entre como si no. La auténtica libertad radica entonces en darle la bienvenida a la realidad; y de tus invitados, sólo el Espíritu Santo es real.
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